Una revista que afianzara la idea de comarca, que reflejara sus valores, historia, paisajes, costumbres, etc. y que mantuviera informada a la gente que esta fuera de lo que sucedía, para que no perdieran el contacto durante todo ese tiempo.
Eso fué lo que se nos ocurrió una fría noche de invierno en una taberna, mientras fuera las torbas de nieve golpeaban furiosas contra las ventanas.
Sin más dilación y armados únicamente con nuestra ignorancia en estos temas, nos pusimos manos a la obra.
Montamos una Sociedad Cultural sin Ánimo de Lucro, adelantamos la pasta y al cabo de unos pocos meses teníamos el primer número en la calle. Se agotó enseguida y por ese motivo nos vImos obligados a seguir.
El consejo de redacción ha cambiado y crecido desde entonces, cosa que se agradece, pues hay que redactar los temas, buscar las fotos, la publicidad, llenar la revista, maquetarla, llevarla y traerla de imprenta, repartirla, todo en suma, menos barrer la sede por que no la usamos. Y todo esto sin ningún ánimo de lucro. ¡Ni tan siquiera hemos pedido una subvención!.
Abajo figuran los pringaos que aún siguen con esto:
Miro a este personaje. Lo imagino haciendo cálculos de resistencia de materiales, controlando calidades y trabajos de complicadas obras: puentes, puertos o autovías, pero lo veo huir cada fin de semana a Riaño. Los poetas tienen sus locuras; él, las suyas: camina por valles y cerros de esta comarca, recorre los pie de monte, localiza las huellas de aquellos cántabros originarios que le trasmitieron el mismo apego a la tierra que él tiene, sus castros, los signos de piedra cuyo mensaje oculto intenta descifrar. Romántica tarea aunque no la escriba en verso. De ello tratan sus charlas y sus colaboraciones en forma de artículos o de reportajes gráficos. Miguel es además –otra muestra de romanticismo inconsciente– el miembro fundador de esta Revista Comarcal que financió los primeros números de esta empresa que, desde el principio, se preveía que fuera un bello gesto, efímero y ruinoso. Si toda empresa precisa unir esfuerzos de personas diversas, esta precisa de gestores, relaciones públicas y de gente tan arraigada a esta tierra como él.
¿Qué sería de vosotros, ilustres escritores y aficionados a emborronar papeles, si el receptor de vuestras lucubraciones no alineara vuestros textos en columnas, los sometiera a un corrector de defectos mecanográficos, censurara la palabrería, rompiera la monotonía de tanto párrafo con las mejores ilustraciones para que el lector considere digeribles vuestras efusiones líricas, vuestras historias o vuestros sesudos discursos? Este personaje, más conocido por "Josemi" es, desde sus inicios, el facedor, maquetador, técnico informático y empaquetador de cada uno de los elementos que forman cada página de la revista: Títulos, textos, fotografías, anuncios... No lo busquéis por las altas cumbres. El ordenador es una prolongación nerviosa de sus dedos. En los veranos montañeses, polifacético él, se transforma en eficiente gestor del Camping de Boca de Huérgano. Entonces, su aspecto adusto se transforma en amable cara que recibe a la variopinta clientela. A veces se convierte también en reportero gráfico. Que Dios le conserve la paciencia.
En esta España de las Autonomías y nacionalidades, de señales de identidad de hasta dentro de los confines de cada pueblo o pedanía, Lorenzo Sevilla es un caso atípico que ha adquirido por derecho propio, no solo la vecindad, que es de ley, sino la plena identificación con el país en el que vive. Y digo país, pero debe leerse comarca. Este personaje, desde la primera hora en el parto de la Revista Comarcal de la Montaña de Riaño, es nacido en La Mancha, que como se sabe es llanura que asusta a un montañés. Criado y formado como biólogo en la capital manchega por excelencia, Madrid, eligió hace más de veinte años vivir en Valdeón teniendo un pie en Sajambre, que como se sabe es el terreno más montuoso y escarpado de la provincia de León, donde trabaja como guía intérprete del Parque Nacional. Editorialista y seguidor de las políticas que afectan a la Comarca, es la firma que mantiene viva la sección más leída de la Revista Comarcal, La Gacetilla. L. S. G. , alias "Larry", es además buen conferenciante y comunicador. Convencido de que la Educación es el pilar fundamental para el desarrollo de cualquier comunidad, es el autor del libro 100 años de una intención, editado a través del Ayuntamiento de Oseja con motivo del centenario de la Escuela de Soto de Sajambre.
La Revista comarcal ha sumado, entre sus colaboradores más asiduos, a montañeses de muy diversas procedencias, aficiones y dedicaciones profesionales. Enriquecedores son los contrastes y complementarias las aportaciones para confeccionar este mosaico de muchas piezas que forma cada número de la publicación. Tenemos gestores-prehistoriadores; contables-micólogos; industriales-poetas y, en este caso, empleados del trasporte público-fotógrafos. Quien ha pasado horas en el laberinto urbano es, como contraste, quien es capaz de esperar pacientemente en la soledad del monte el momento de disparar su cámara sorprendiendo a una familia de jabalíes, a los sigilosos lobos o a un empoyetado rebeco. Salvador ha dejado su firma en muchos de los pies de foto de nuestra publicación y es autor de la mayoría de las portadas. A veces cuesta mucho más tiempo y paciencia obtener una buena foto que escribir un largo artículo y su llegada es más inmediata. Ya se sabe: "Vale más una imagen que mil palabras".
Este que veis aquí de barba selvática es conocido en el ámbito de la Revista Comarcal con el sobrenombre de "El Abuelo", no por serlo, que sí lo es, sino por su aspecto de abuelo decimonónico con barba abundosa y montaraz que, si un tiempo fue negra carbón, hoy es ceniza por el fuego del tiempo. Se hizo Maestro en las Escuelas Normales de León y Barcelona y en la Universidad de Barcelona se licenció en Filosofía y Letras por buscar razones y verdades. Cuarenta años dedicado a la enseñanza es su dato biográfico más relevante. A alguien debió oír que un hombre debe al menos en su vida plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro y plantó árboles, crió hijos y ha publicado un par de libros: Sólo Sombras, 2005, libro de poemas; y en prosa, Residentes y Resistentes, Censo de Invierno. Montaña de Riaño. 2013. De ambos libros se deduce que no es pequeño el detalle circunstancial de haber nacido en este rincón montuoso de la Provincia de León; que aunque se confiesa ciudadano del mundo, aquí tiene sus querencias.
Filósofo y Teólogo, pero sobre todo poeta de hondura y desasosiego, es Saturnino de perfil anguloso y recio que disimula corazón sensible e imaginación creadora. Modelado entre el cerrado circo de las montañas que circundan Remolina y los páramos secos de Castilla; entre las torres doradas de Salamanca y la sombra de Unamuno, clérigo laico, es Saturnino el mayor creador de símiles, imágenes y metáforas que conozco y que le salen como a Sancho los refranes. Su dedicación de cada día es escribir, como voz que predica en el desierto. Gran parte de su obra está inédita a falta de Mecenas que la empuje hacia la luz. Ha publicado dos libros de poemas: Bajo las patas de los bueyes, Salamanca 2001 y El Viajero, Salamanca 2005; y dos novelas: Qohélet, el buscador, Salamanca 2005 y Tridio Alonge, el vadiniense, León 2007.
Si alguna vez se topan ustedes con este colaborador de aspecto serio y hasta venerable por su frondosa barba de profeta, contengan el verbo y la frase florida porque puede pasar a su archivo y reaparecer en boca de alguno de sus personajes que no son otros que los vecinos de esta tierra quienes al leer las aventuras y desventuras de Serapio y el Rompe se ríen de sí mismos. Los Silvinos, Cosmes, Sindulfos y Venerandas existen y hablan mismamente como hablan los paisanos de esta tierra, bien que Roberto eleva los hechos a extremadas hipérboles para mayor hilaridad de su público. Realizadas encuestas de aceptación por los lectores de los contenidos de la Revista Comarcal, resulta que los artículos y aventuras de Serapio y el Rompe son los más leídos y celebrados y, como se suelen publicar en las últimas páginas, la revista se lee a modo de publicación árabe, o sea comenzando por atrás.
Como muchos de los componentes de la redacción de la Revista Comarcal, Ramón comenzó sus estudios en centros religiosos. En su caso, seminarios de Covadonga y Oviedo. Estudió Magisterio en la Escuela Normal y a la enseñanza ha dedicado su vida profesional. Prioro es el destino que ha marcado su vida. En Prioro encontró mujer y a Prioro y su comarca ha dedicado sus más importantes publicaciones que han recibido el reconocimiento del público y de las instituciones. Completó su formación académica en la Escuela de Comercio y realizó estudios de Filología en la Universidad de Salamanca y en la UNED. De sus nueve libros publicados destacaré tres: De su formación filológica, curiosidad y observación del habla y usos de la lengua en Prioro y comarca es fruto su obra El habla de Prioro. De su incansable rastreo de archivos, de horas de investigación minuciosa, son sus obras Prioro y Tejerina y Los Marqueses de Prado. Sus colaboraciones en La Revista Comarcal y en Promonumenta dan prestigio a estas revistas y recuerdan a los lectores sus olvidados orígenes. Don Ramonín es mucho don Ramón -dijo el tío Miguel, el madreñero de Prioro, ya nonagenario cuando le dije que era amigo de D. Ramón-. Efectivamente, los hombres no se miden por el peso o la estatura.
Este pedrosano que, como tantos otros de estos valles, sufrió destierro, desgarro y desarraigo a causa del embalse de Riaño, con vida profesional en Asturias, tiene esa querencia innata de los que en la montaña nacimos, a volver. Y en la montaña casó e hizo casa. En Acebedo. Dado que sus orígenes familiares están en Prioro, Vega de Almanza, Salio y Pedrosa y su actual destino es Acebedo, donde desarrolla una muy importante labor cultural con la Asociación que él mismo fundó en el año 2007, es Enrique un perfecto puente para unir nuestros, a veces, celosos valles de sus identidades, capaces de discutir hasta el nombre de sus ríos. Este personaje, Diplomado en Magisterio y Titulado en idiomas, es un apasionado de la fotografía antigua y posee una de las mejores colecciones de toda la montaña. Ha llevado a cabo ocho exposiciones y recientemente ha publicado un libro sobre el tema: Acebedo en la memoria. Sus artículos, entrevistas y, sobre todo, su aportación etnográfica con sus fotografías antiguas, que revelan cómo era nuestro vivir no hace tantos años, suponen una gran aportación a la Revista Comarcal con su sección actual "El rincón de la memoria", cuyas fotos y certeros comentarios nos transportan a un pasado no tan remoto y que hablan por sí solas de los quehaceres, vida y costumbres de los hombres y mujeres que habitaron nuestra montaña en el siglo pasado.
Este leonés del sur, afincado en Valladolid, que toda su vida laboral la empleó en puestos de responsabilidad del Departamento financiero de la empresa conservera Helios, podríamos considerarle, a primera vista, como un urbanita. Pero Aurelio ha tenido verdaderamente una doble vida: Su tiempo libre lo ha dedicado a la micología, al trabajo de campo, fotografía de especies, trabajo de laboratorio, clasificación de géneros y especies y taxonomía. Y a la edición de hasta siete libros sobre los hongos y setas. Es miembro del Comité Científico de la Universidad de Valladolid de la Cátedra de Micología; ponente y conferenciante en el Congreso Nacional de Micología Forestal y Presidente de la Sociedad micológica Vallisoletana. Bosques y praderas de la montaña; páramos y pinares de la meseta y riberas de ríos ha recorrido. Destacaré únicamente tres de sus libros: Hongos y setas en Castilla y León 2001. Atlas de los hongos de Castilla y León y Grandes desconocidas en el mercado y ricas en el paladar. Este investigador, publicista y conferenciante es orgullo de nuestra publicación.
Si en la niñez se diseña el hombre del futuro, hay que decir que Eleuterio, –Teyo–, fue Motril en los puertos de Maraña, que aquel aprendizaje aflora hoy en el poeta que es. Luego, en vez de rabadán, fue casi fraile agustino destinado a predicar bajo las bóvedas del monasterio del Escorial. Su posterior formación mercantil le llevó a ser empresario en Barcelona, con más de cien trabajadores. Ya jubilado regresa a aquel sueño suyo de paisajes agrestes, de mastines y rebaños, de torrenteras y noches estrelladas y se nos muestra el poeta que regresa a recoger las experiencias de la infancia, aquel paraíso perdido y recuperado. Sus tres libros publicados: La canción del rebaño, Infancia de las lunas y Nanas del abuelo (este último fue fue libro leonés del año 2015) son un canto a la tierra que le vio nacer, a sus orígenes. Queda, no obstante, en deuda con sus fieles lectores que quieren saber cómo terminan sus conversaciones con Bocanegra, y la terminación del Romancero de la Montaña que viene publicando la Revista Comarcal como primicia.
Me temo que a David, a fuer de discreto, lo que más trabajo le costaría escribir es su currículo y enumeración de sus títulos y méritos. Pero sabemos que David ha ejercido de Catedrático de Lengua y Literatura Española en un Instituto de Barcelona, que ha dirigido la edición de numerosos textos, antologías literarias y guías de lectura para estudiantes de bachillerato y secundaria. Sabemos que es además buen poeta y narrador y que nos ha emocionado con dos libros en prosa cuyos títulos parecen pensados por un publicista, que leído el título, el libro se va a tus manos y sus páginas a tus ojos: Ver nevar, Salamanca 2008 y Años de guardar, Salamanca 2011 son la mejor crónica que pueden leer quienes quieran conocer o recordar y reconocerse en un tiempo pasado en estas montañas, lento como una tarde de verano. Los lectores de la Revista Comarcal habrán disfrutado de sus artículos que evocan las palabras y las cosas que estuvieron en nuestros labios y en nuestras manos y que ahora andan perdidas por los diccionarios o por los desvanes. La literatura se alimenta de recuerdos tan bien contados como los cuenta David.
La Revista Comarcal ha ensanchado su perímetro de difusión y si de la Montaña de Riaño se pregona, Cistierna es la puerta de la montaña. Siro, persona de aspecto circunspecto, es decir: prudente, serio y grave, aporta la seriedad del historiador y la valentía ñimprudencia dicen algunosñ de narrar hechos que no quieren ser recordados. Las heridas de la Historia tardan en cicatrizar. Y como discípulo y seguidor de Eutimio de Martino, gran investigador de la Historia antigua y medieval, ha colaborado en los 9 tomos de La huella de las naciones y publicado numerosos artículos de nuestro más lejano pasado y de la romanización de nuestra comarca, poblamientos y vías de comunicación y de la época medieval. Conferenciante; miembro del Instituto Bíblico Oriental de Cistierna y autor de Orígenes y misterios de los nombres del agua en el concejo de Cistierna y con Ramón Gutiérrez, del libro Los Señoríos de la Montaña Oriental de León, a Siro se debe también la guía que, sobre paneles y a lo largo de la calzada o vía Saliámica ilustran al caminante que por ella va desde Valdoré hasta Las Salas.
El Valle del Cea hace una aportación muy importante a esta revista. Marcelino forma parte de esos caudales. Digamos que se ocupa de una sección amable: nuestra música. Licenciado en Musicología e Historia, su labor docente e investigadora se ha desarrollado en la Universidad de Cádiz en torno a la música histórica de los siglos XVII y XVIII y la Etnomusicología. En estos campos ha hecho aportaciones bibliográficas como La Música en Cádiz. La Catedral y su proyección urbana durante el siglo XVIII (2004); Música sacra en Cádiz en tiempos de la ilustración (2006); El Te Deum de 1812 en Cádiz el día de la Constitución (2012), etc. Como hijo de esta tierra ha realizado una obra fundamental con su Canciones, danzas y romances del Alto Cea. Cancionero de Prioro (2000), recopilación de las canciones de esta tierra que, bajo la presión de las músicas que imponen los medios de difusión modernos, corren peligro de desaparecer, borrándose así una de nuestras principales señas de identidad. También, honrando su ascendencia de Acebedo, ha rescatando las letras y música de la Pastorada de Acebedo. Un auto tradicional de Navidad (2010), libro de reciente publicación. En su faceta de director de coros ha realizado una importante labor en el rescate y difusión de la polifonía española e hispanoamericana, mediante conciertos y grabaciones discográficas como Polifonía de las catedrales del Nuevo Mundo; Música en la época virreinal entre otras. Marcelino, junto con Teyo, dirigen la Ronda de Prioro con las canciones de siempre en concurrida procesión de gente de todas las edades por las calles del pueblo. Vuelve a sonar nuestra música. Que no apliquen a la gente de esta tierra los versos de A. Machado: Atónitos palurdos // sin danzas ni canciones.
En alguno de los primeros números de esta revista leí un artículo titulado “Veraneantes”. Me pareció propio de un sociólogo observador de la realidad . Por entonces, ni conocía a su autor ni tenía ninguna vinculación con esta publicación. La firma de C. Cuenya desaparecía y reaparecía más tarde como el Guadiana. ¡Cómo considerar a este articulista como nueva incorporación para añadir a la lista publicada en la revista 50, de la que fue excluido?
Carlos Cuenya ha reaparecido en los últimos números con su bien hilada y razonada prosa y su voz ha emergido con tanta fuerza que ha hecho resucitar hasta las mentes más mostrencas de la comarca. ¿Pero existe la llamada comarca “Montaña de Riaño”? o a esta comarca se le ha robado el nombre y con el nombre su existencia.
Saludamos la reincorporación de Carlos Cuenya con una frase de R. Mejide: “Si cuando hablas nadie se molesta, eso significa que no has dicho absolutamente nada”. No es el caso.